Si llegaste a este artículo me imagino que te gustaría aprender francés o estás buscando una experiencia diferente. Cualquiera que sea la razón, acá te comparto lo que viví estudiando de manera intensiva en la Alianza francesa de París. Espero que mi vivencia, te sirva y te inspire a ir más allá 🙂
¿Por qué elegí la Alianza francesa de París?
Siempre fui muy fan de los idiomas. Me fascina la manera en la que distintas personas de distintos lugares podemos encontrar la forma de comunicarnos.
De muy chiquita, mi papá me decía: «Cómo me gustaría que aprendas francés y que estudies en la Alianza». Él jamás fue de presionarme para nada, pero creo que de niño había conocido a alguien que estudiaba allí, y esa persona habrá causado una impresión tan fuerte que lo llevó a desear eso para mí.
Por otro lado, siempre vi a Francia como un destino apasionante: lo bello y romántico del idioma, cada rincón con una historia, la comida, el cine, el arte… Hay tanto por admirar y aprender.
La Alianza francesa de París es la institución más prestigiosa y pionera en la enseñanza de francés a extranjeros. Fue creada en 1883 por intelectuales como Jules Verne, Louis Pasteur y Ferdinand de Lesseps. ¡Con más de 120 años de historia, quería estudiar acá sí o sí!

El proceso de inscripción
Lo primero que tuve que hacer fue elegir el curso correcto para mí. Hay muchas opciones:
- Semi-intensivos de 36 hs
- Intensivos de 72 hs semanales
- Talleres de Conversación
- Talleres para aprender haciendo teatro
Hay talleres presencial, online e híbridos. Yo elegí el intensivo, presencial y durante la mañana.
Tuve clases todos los días de 9 a 13 hs.
Luego de inscribirme tuve que realizar un test de nivel online, que fue bastante rápido y sencillo de entender. Mi nivel fue A2.
¿Cómo es estudiar en la Alianza francesa de París?
El primer día de clase, la Alianza nos recibió con un brindis, café y snacks. Fue una excelente oportunidad para conversar con los nuevos compañeros, que venían de todo el mundo: Taiwán, Estados Unidos, Irlanda, Australia, Dubái, Arabia Saudí, Palestina, Indonesia, Tailandia y más.
Nuestra profesora, Christine, era nativa y, probablemente, una de las mejores profesoras que tuve aprendiendo un idioma (junto a Miss Ale a mis 9 años, jajajajaja).
Las aulas eran grandes, los grupos reducidos y había un pizarrón interactivo que fue muy útil para hacer presentaciones y corregir trabajos. Utilizamos un libro de texto y otro de ejercicios, diseñados por la propia Alianza.
Las clases eran muy dinámicas y combinaban distintos tipos de actividades. Christine siempre nos proponía cosas muy divertidas, y algo que me gustó mucho es que nos desafiaba a no ser tímidos.
Con decirles que pasé de solo poder decir «Bonjour» a dar una presentación sobre Argentina frente a todos mis compañeros en dos semanas. ¡Tenía unos nervios! Pero fue muy divertido prepararla y compartirla.
Con el correr de los días hicimos de todo: juegos de roles (nos matábamos de risa), todos presentamos un tema a elección por día, hicimos ejercicios en el libro y corregíamos en grupo.
El ritmo de la clase, en mi caso, fue súper intensivo. Realizamos aproximadamente una unidad/unidad y media por semana. Entiendo que la tarea que nos enviaban para casa varía según el profesor; con la mía, teníamos bastantes ejercicios y dos/tres producciones escritas (cortitas) por semana. Obviamente no eran obligatorias, pero che, estás ahí para aprender. Obvio que lo hice todo jaja
Algo que me impactó mucho fue volver a sentirme «estudiante» una vez más. Volver a tener contacto con un libro de texto, a tener «tarea» y que toda mi preocupación de la semana estuviera enfocada en crecer y aprender, fue una experiencia que me emociona.
Cuando somos chiquitos no nos damos cuenta, pero tener esta experiencia de adulta, y poder sentir con conciencia cómo aprendo y mejoro día a día, es uno de los regalos más lindos que me llevo.

El edificio y el barrio de la Alianza
La Alianza francesa de París está ubicada en el distrito 6to, muy cerquita de los jardines de Luxemburgo. El edificio es elegante, bien de estilo clásico parisino y lo mejor… ¡céntrico! Las líneas 4 y 12 pasan a una cuadra, pero hay un montón de posibilidades y es muy fácil llegar.
Dentro hay salas para estudiantes, un teatro, una biblioteca muy completa que como estudiante podés acceder ya sea para estudiar o tomar libros prestados.
Como te contaba anteriormente, las aulas son bien luminosas y están equipadas con un pizarron interactivo y moderno, donde se puede tanto escribir en él como ver videos y hacer presentaciones.
Algo que disfruté mucho fue, luego de terminar las clases, ir a una boulangerie cercana, comprar una baguette rellena y almorzar en los jardines de Luxemburgo, mirando la fuente Medici. Luego volvía a la Alianza para hacer mi tarea allí. ¡Todo muy de peli!

Actividades extracurriculares en la Alianza francesa de París
Si sos estudiante de la Alianza, tenés como beneficio participar en actividades fuera del horario de clases. Algunas son pagas, otras gratuitas.
Yo participé en dos:
- Tour guiado por Montmartre (gratuito): El guía oficial de la Alianza nos llevó, junto a otros estudiantes, a recorrer uno de los barrios más lindos de París. Fue un total desafío para mí, porque el tour fue 100% en francés. Si bien hubo cosas que entendí y otras no, ¡la experiencia inmersiva fue todo lo que necesitaba! 
- Excursión a Giverny (paga): Por un precio muy bajo, un micro nos llevó a visitar la casa y los jardines del icónico pintor Monet. Junto a otros compañeros nos anotamos enseguida. Fue una gran oportunidad para hacer una escapada en el día y conocer más allá de París, además de que es una visita increíble para hacer. 
Dentro de las actividades también hay un club de lectura, encuentros de conversación, visitas a otros barrios y monumentos, debates, encuentros para ver películas, charlas abiertas con escritores, figuras y más.
Si querés ver qué actividades hay en el mes, podés ingresar acá.


Mis compañeros de la Alianza francesa en París
Mis compañeros fueron tan geniales que no puedo escribir este artículo sin mencionarlos. No puedo prometerte que tu experiencia sea igual, porque cada grupo es un mundo, pero creo firmemente que a cada uno nos toca el grupo que necesitamos en ese momento.
Tuve compañeros de las nacionalidades más variadas y aprendí muchísimo de ellos. La manera distinta de pensar, de hacer las cosas; cada uno de ellos tenía una historia única o muy interesante que contar, y eso también fue parte de mi experiencia.
Algo que destaco es la forma en que nos alentamos mutuamente. La energía era de apoyo y, si nos equivocábamos (porque te prometo que, aprendiendo francés, vas a cometer muchos errores, jaja), nos celebrábamos y nos aplaudíamos. Cada vez que alguien se animaba a leer en voz alta o a hacer una presentación, nos aplaudíamos.
Creo, por encima de todo, que ver esa conexión y predisposición entre personas de distintas naciones que nunca se han visto en su vida es lo que hace de este mundo un lugar más lindo. Es imposible que personas que tomaron la decisión viajar a París para aprender francés y son juntadas en un mismo grupo, no sea interesante jaja.
Si sos o fuiste estudiante de la Alianza y querés compartir tu experiencia, me encantaría leerte y saber cómo lo viviste y cómo fue tu grupo. Dejame tu comentario 🙂

¿Valió la pena estudiar en la Alianza francesa de París? Mi veredicto
Estudiar en la Alianza francesa de París fue una de las experiencias más lindas y enriquecedoras. Si lo estás considerando, la respuesta es sí.
Si estás comprometido a adquirir el idioma, aquí tenés todas las oportunidades para lograrlo. Vení con la mente abierta y sin miedo: equivocate, anímate a hablar francés en los negocios, participá de todas las actividades y dejá la vergüenza de lado.
Estar en el lugar donde se habla el idioma te asegura un aprendizaje mucho más rápido que no estándolo. Entrenás el oído absolutamente todo el tiempo, porque todas las conversaciones que te rodean son en francés.
Creo que volví loco a todo el barrio porque cada vez que entro en un lugar, lo primero que hago es presentarme y avisar que me tengan paciencia, que estoy aprendiendo francés. Tuve que dejar la vergüenza de lado, y las respuestas y la paciencia que obtuve a cambio fue maravillosa. También creo que mostrarle a los parisinos que estás haciendo un esfuerzo por aprender su idioma, les llega al corazón jeje.
Además de aprender el idioma, también es un desafío de crecimiento personal. Mudarse, aunque sea por unas semanas, a otra ciudad requiere de coraje, pero te prometo que con buena energía, apertura y predisposición, nada puede salir mal 🙂

Viajero, espero que este artículo te haya servido si tenés alguna pregunta más personal, no dudes en escribirme.
Si pensás venir pronto a París, te dejo en el botón violeta un artículo donde te explico en profundidad sobre los distintos barrios y qué podés hacer en cada uno de ellos.
Si te gustó el artículo dejame un mensajito 🙂
¡Hasta el próximo viaje!
Juli
 

 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								
Que increíble! Muchas gracias por los detalles, Juli! Me incentivó muchísimo a buscar la misma experiencia!
besos